Lipedema: una enfermedad silenciosa que afecta a millones de mujeres

Lipedema: una enfermedad silenciosa que afecta a millones de mujeres

Hoy hablamos deLipedema

Autor
yo

Manuel Castro

Nutrición y Dietética Profesional

Divulgador de pautas basadas en la OMS y en la evidencia científica

INTRODUCCIÓN

     ¿Te has fijado alguna vez en que tus piernas o brazos son mucho más gruesos que el resto de tu cuerpo? ¿Sientes dolor, pesadez o sensibilidad al tacto en esas zonas? ¿Te salen moretones con facilidad sin haber recibido ningún golpe? Si has respondido que sí a alguna de estas preguntas, puede que sufras de lipedema, una enfermedad crónica y progresiva que afecta al tejido graso de las extremidades y que puede tener graves consecuencias para tu salud y tu calidad de vida.

El lipedema es una enfermedad poco conocida y a menudo mal diagnosticada, que afecta casi exclusivamente a mujeres. Se estima que entre un 4% y un 11% de las mujeres en el mundo la padecen en diferentes grados. Sin embargo, muchas de ellas no saben que tienen esta condición y viven con el estigma, la frustración y el sufrimiento que conlleva.

En este artículo te vamos a explicar qué es el lipedema, cuáles son sus causas, síntomas y tratamientos, y cómo puedes prevenirlo o mejorar tu situación si lo padeces. Queremos ayudarte a entender mejor esta enfermedad y a encontrar soluciones para mejorar tu salud y tu bienestar.

¿Qué es el lipedema?

     El lipedema es una enfermedad del tejido adiposo, también conocido como tejido graso, que implica un acúmulo progresivo y patológico de células grasas en las piernas, aunque también puede producirse esta acumulación en los brazos. Como consecuencia, se produce un aumento de volumen que, además, viene acompañado de determinados síntomas.

La característica principal del lipedema es la desproporción entre las extremidades y el resto del cuerpo. Las personas que lo sufren tienen unas piernas o brazos muy anchos y con mucha celulitis, mientras que el tronco suele ser normal o delgado. Esta diferencia se hace más evidente con el paso del tiempo, ya que el lipedema es una enfermedad progresiva que va empeorando si no se trata adecuadamente.

El lipedema no es lo mismo que la obesidad o el sobrepeso, aunque a veces se confunden. La obesidad implica una ganancia de peso global, mientras que el lipedema afecta solo a ciertas zonas del cuerpo. Además, la obesidad no suele causar dolor ni molestias, mientras que el lipedema sí. Por otro lado, la obesidad se puede mejorar con dieta y ejercicio, mientras que el lipedema no responde a estas medidas y requiere de un tratamiento específico.

Otra enfermedad con la que se suele confundir el lipedema es el linfedema, que es un problema del sistema linfático que provoca la acumulación de líquido en las extremidades. El linfedema suele ser asimétrico, es decir, afecta más a una pierna o brazo que al otro, y también afecta al pie o a la mano. En cambio, el lipedema suele ser simétrico y respeta el pie o la mano. Además, el linfedema se puede diagnosticar con pruebas específicas, mientras que el lipedema se basa en la exploración clínica y la historia médica.

¿Qué causa el lipedema?

     No se conocen con exactitud las causas que provocan el lipedema. Sin embargo, se sabe que hay varios factores que influyen en su aparición y desarrollo. Estos son algunos de ellos:

  • El factor genético: se ha comprobado que existe una predisposición familiar a padecer lipedema. Muchas mujeres con esta enfermedad tienen antecedentes de otras mujeres en su familia con las mismas características físicas.
  • El factor hormonal: se ha observado que el lipedema suele comenzar o empeorar en momentos de cambios hormonales, como la pubertad, el embarazo, la menopausia o la toma de anticonceptivos orales. Esto explica por qué afecta casi solo a mujeres.
  • El factor inflamatorio: se ha propuesto que el lipedema puede estar relacionado con una alteración de la microbiota intestinal (el conjunto de bacterias que viven en el intestino) que provoca que sustancias inflamatorias pasen al torrente sanguíneo y lleguen a las células grasas, provocando su aumento de tamaño y número.
  • El factor vascular: se ha sugerido que el lipedema puede deberse a una alteración de los vasos sanguíneos que irrigan el tejido graso, lo que dificulta la circulación y el drenaje de las extremidades, favoreciendo la retención de líquidos y la formación de edemas.
¿Qué síntomas tiene el lipedema?

     El lipedema se manifiesta con una serie de síntomas que afectan tanto al aspecto físico como al bienestar emocional de las personas que lo padecen. Estos son algunos de los más frecuentes:

  • Aumento de volumen y grosor de las piernas o los brazos, con una forma característica en forma de columna o de pantalón de montar.
  • Presencia de celulitis, piel de naranja o irregularidades en la superficie de la piel.
  • Dolor, pesadez o sensación de quemazón en las extremidades afectadas, que puede aumentar con el ejercicio, el calor o el roce con la ropa.
  • Sensibilidad al tacto o a la presión, incluso con gestos suaves como un masaje o un abrazo.
  • Tendencia a la formación de hematomas o moretones sin causa aparente, debido a la fragilidad capilar.
  • Dificultad para moverse, caminar o realizar actividades cotidianas, debido al peso y al dolor de las extremidades.
  • Problemas para encontrar ropa o calzado adecuados, debido al tamaño y a la forma de las extremidades.
  • Baja autoestima, depresión, ansiedad o aislamiento social, debido al rechazo o la vergüenza por el aspecto físico.
¿Qué tratamientos existen para el lipedema?

El lipedema es una enfermedad crónica y progresiva que no tiene cura definitiva. Sin embargo, existen diferentes tratamientos que pueden ayudar a mejorar los síntomas, a frenar el avance de la enfermedad y a mejorar la calidad de vida de las personas que la sufren. Estos son algunos de ellos:

  • El tratamiento médico: consiste en el uso de medicamentos que pueden ayudar a reducir la inflamación, el dolor y la retención de líquidos. Algunos ejemplos son los antiinflamatorios, los analgésicos, los diuréticos o los anticoagulantes. Estos fármacos deben ser prescritos por un médico especialista y tomados bajo su supervisión.
  • El tratamiento físico: consiste en la aplicación de técnicas que pueden ayudar a mejorar la circulación y el drenaje linfático de las extremidades. Algunos ejemplos son el masaje manual o mecánico, la presoterapia, la electroterapia o la hidroterapia. Estas técnicas deben ser realizadas por un fisioterapeuta o un profesional cualificado.
  • El tratamiento quirúrgico: consiste en la extracción del tejido graso enfermo mediante una técnica especializada llamada liposucción asistida por agua (WAL). Esta técnica permite eliminar la grasa sin dañar los vasos sanguíneos ni el sistema linfático. La liposucción debe ser realizada por un cirujano experto en lipedema y solo está indicada en casos seleccionados.
  • El tratamiento psicológico: consiste en el apoyo emocional y la terapia cognitivo-conductual que pueden ayudar a mejorar la autoestima, la aceptación y el afrontamiento de la enfermedad. Este tratamiento puede ser realizado por un psicólogo o un profesional especializado.
¿Cómo se puede prevenir el lipedema?
 El lipedema no se puede prevenir del todo, ya que depende de factores genéticos y hormonales que no se pueden controlar.
Dietista Manuel Castro

    Sin embargo, existen algunas medidas que pueden ayudar a evitar su aparición o a retrasar su progresión. Estas son algunas de ellas:

  • Mantener un peso saludable, evitando el sobrepeso y la obesidad, que pueden empeorar el lipedema.
  • Seguir una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras, y baja en grasas saturadas, azúcares y sal, que pueden favorecer la inflamación y la retención de líquidos.
  • Beber suficiente agua, al menos 2 litros al día, para mantener una buena hidratación y facilitar la eliminación de toxinas.
  • Practicar ejercicio físico moderado y adaptado a cada caso, al menos 3 veces por semana, para mejorar el tono muscular, la circulación y el metabolismo. Algunos ejemplos son la natación, el ciclismo, el yoga o el pilates.
  • Evitar el uso de ropa o calzado ajustados o que comprimen las extremidades, ya que pueden dificultar el flujo sanguíneo y linfático.
  • Evitar el calor excesivo o los cambios bruscos de temperatura, ya que pueden aumentar la inflamación y el edema.
  • Cuidar la piel de las extremidades, hidratándola y protegiéndola del sol, para evitar la sequedad, las grietas o las infecciones.
  • Acudir al médico ante cualquier signo o síntoma que haga sospechar de lipedema, para obtener un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado.
  • Buscar apoyo e información en asociaciones de pacientes o grupos de autoayuda, para compartir experiencias y consejos con otras personas que sufren la misma enfermedad.
Conclusión

El lipedema es una enfermedad crónica y progresiva que afecta al tejido graso de las extremidades y que causa un aumento de volumen, dolor, inflamación y otros síntomas que afectan a la salud y a la calidad de vida de las personas que la padecen. Aunque no tiene cura definitiva, existen diferentes tratamientos que pueden ayudar a mejorar la situación y a frenar el avance de la enfermedad. Además, se pueden adoptar una serie de medidas preventivas que pueden contribuir a evitar su aparición o a retrasar su progresión.

El lipedema es una enfermedad poco conocida y a menudo mal diagnosticada, que afecta sobre todo a mujeres. Por eso, es importante difundir su existencia y concienciar a la sociedad sobre sus características y sus consecuencias. Así se podrá mejorar el reconocimiento y el tratamiento de esta enfermedad, así como el apoyo y la comprensión hacia las personas que la sufren.

Preguntas frecuentes

¿Qué diferencia hay entre lipedema y lipoedema?

Lipedema y lipoedema son dos formas de escribir el mismo término. Lipedema es la forma más usada en inglés americano, mientras que lipoedema es la forma más usada en inglés británico. En español se suele usar más el lipedema.

¿El lipedema se puede contagiar?

No, el lipedema no se puede contagiar. Se trata de una enfermedad genética y hormonal que no se transmite por contacto ni por vía sanguínea.

¿El lipedema se puede prevenir?

No, el lipedema no se puede prevenir, ya que depende de factores genéticos y hormonales que no se pueden controlar. Sin embargo, se pueden adoptar algunas medidas preventivas que pueden ayudar a evitar su aparición o retrasar su progresión. Estas medidas son mantener un peso saludable, seguir una dieta equilibrada, beber suficiente agua, practicar ejercicio físico moderado, evitar el uso de ropa o calzado ajustados o que comprimen las extremidades, evitar el calor excesivo o los cambios bruscos de temperatura, cuidar la piel de las extremidades e hidratarla y protegerla del sol.

¿Es hereditario el lipedema?

Sí, el lipedema tiene un componente hereditario. Se ha comprobado que existe una predisposición familiar a padecer lipedema. Muchas mujeres con esta enfermedad tienen antecedentes de otras mujeres en su familia con las mismas características físicas. Sin embargo, el lipedema no se hereda de forma directa ni determinista, sino que depende de otros factores como los hormonales, los inflamatorios o los vasculares. Por eso, no todas las mujeres que tienen familiares con lipedema lo desarrollan, ni todas las mujeres que lo desarrollan tienen familiares con lipedema.

¿El lipedema se puede curar?

“No, el lipedema no se puede curar. Se trata de una enfermedad crónica y progresiva que no tiene una solución definitiva. Sin embargo, se puede mejorar con diferentes tratamientos médicos, físicos, quirúrgicos o psicológicos que pueden aliviar los síntomas y frenar el avance de la enfermedad.”
Manuel Castro
Divulgador de pautas basadas en la comunidad científica
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